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Dorados en Goya.

Relato de una inolvidable jornada con los tigres del Isoró.

Despues de exactamente 2 meses sin ir a pescar a ningun lado, (la ultima vez había sido en Balcarce) me moría de ganas de castearle a algún pez. Me puse a pensar, pues, en que las truchas estaban en veda y las tarariras todavia aletargadas. Surgió entonces la idea de ir a pescar dorados y según lo que había estado leyendo ultimamente, Goya, en corrientes, sonaba como el mejor lugar para debutar con el tigre de los ríos.

Acordamos con mi viejo y mi abuelo en ir el 20 de septiembre y aprovechar el feriado del 21 para después quedarnos hasta el domingo. Alquilamos los servicios de Carlos Scheller para sacarle todo el jugo al gran debut.

Llegamos a Goya despues de unas ocho horas de viaje, (tardamos tanto porque le erramos de ruta y ésta estaba en muy mal estado) una vez allá fuimos al hotel que ya nos había reservado Carlos, arreglamos un par de cosas, cenamos, jugamos unos pooles y nos fuimos a dormir sabiendo que al otro día iríamos de pesca.

El día amanecío perfecto, (hacía 2 meses que no había un día tan lindo) y a las 8 nos pasó a buscar el hijo de Carlos con la camioneta para llevarnos a la guarderia donde estaban las lanchas. Una vez ahí nos presentaron a nuestro guia, Alfredo en este caso, quien nos llevó a todo motor al arroyo Isoró donde transcurriría la jornada.

El guia frenó y me dijo que le haga unos lances a una corredera donde supuestamente estaba el dorado cazando. Pasaron unos cuantos minutos cuando de repente un violentisimo pique me sacó el running line de la mano y me la quemó un poco. "Cinco kilos"- dijo Alfredo, "te tenés que afirmar bien con la caña arriba". Claro, yo venía de pescar truchas en balcarce y creanme que estos piques con los de un dorado de cinco kg no se parecen en nada, así que se escapó tranquilo y yo me quería matar.

3 piques más, todos fallidos, me dieron la pauta a seguir. Me paré firme en la lancha, con la mano dura en la caña y la línea que iba recogiendo la iba envolviendo de a una vuelta en mi mano. Otro pique, y esta vez no se me escapó ni a palos, casi le saco la cabeza con la fuerza que hize. La cuestión era que había atrapado al primer dorado de mi vida, era uno de 2 kg y medio + ó -. Después de una pelea de 10 min, (le quise sacar el jugo a la lucha) de una foto y de su devolución, le seguí tirando al de 5 kg que seguía merodeando la zona.

 

Un par de lances corredera arriba, dejar que esta profundize unos 3 m y luego recoger con movimientos erráticos, produjeron que él que se hizo esperar, por fin diera el presente. "Por fin lo clavé" dije con muchisima alegria. Enseguida sus increibles saltos me llenaban de emoción y me hacían rogar que la SAGE DS2 890/4 aguantara y que el pescado no se escapara. 40 minutos duró la intensa lucha, ya que el dorado se instaló en una corredera la cual lo oxigenaba bien y por lo tanto éste no mostraba signos de cansancio alguno, ¡¡¡ Una verdadera fiera!!!. Nuevamente las fotos (por mi viejo), y en un momento de distracción, se me soltó de las manos y me mordió la rodilla izquierda, produciendole un increible agujero a mis bombachas de campo y unos rasjuños a mi piel. Despues del susto otra vez al agua para que siguiera creciendo.

Seguimos pescando por ahí y tuve la suerte de clavar un pique a unos 30 m de un dorado de unos 3 kg, que justo a la hora de levantarlo al bote para la foto, se escapó. Al rato saqué otro de un peso cercano a los 2 kilos y medio que si se dejó sacar la foto.

Almorzamos unas milangas con tortilla (todo casero) en una isla, contamos anecdotas y compartimos una verdadera charla amigable, lo mejor para la sobremesa. Luego volvimos al agua y nos dirigimos a otro lugar. Anduvimos por todos lados y nada, no pasaba naranja, no tuvimos ni un pique hasta la tardecita cuando el guia nos llevó a conocer a Gonzálo.

Gonzálo es un dorado que habita una corredera que se forma en la filosa punta de una isla en el riacho Goya. Alfredo nos contaba que este señor, Gonzalo, solo pica una vez por día y si no lo clavás fuiste. Una vez en destino, tiramos ancla y el guia me indicó que hacer con la mosca y en que lugar de la corredera. Unos 20 min y ¡¡¡ZAS!!!, Gonzalo era mio (foto). Después de la lucha y la foto, notamos que el pobre bicho tenía unos hematomas terribles alrededor de sus fauces (al menos 4) producidos por otros anzuelos. Con mucho cuidado, fue devuelto a su medio sin errores en su manejo.

Así transcurrió uno de los mejores días de mi vida, lleno de una de las cosas que más aprecio en la pesca: el CATCH AND RELEASE y de toda clase de sentimientos junto a mi padre y a mi abuelo en las eternas aguas del Litoral.

Equipo: Las cañas por lo general son para líneas #8 aunque si el agua no esta muy limpia y debemos lanzar verdaderos zapatos con forma de mosca, se justifican las #9. Las líneas que se utlizan son ST III o parecidas, en cuanto a si se pueden emplear líneas de flote, realmente no lo se porque no intenté, pero según el guia, no realizaran las mismas capturas que a profundidades de 2, 3 o 4 m. Las moscas: seran necesarias moscas de todo tipo, preferentemente en tonos blancos y negros, y de tamaños grandes y medianos.

Mapa de la zona de Goya

(Corrientes)

wpe3.jpg (2715 bytes)Por JMA

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