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Cuento de un ex pescador un tanto psicópata.
Por Juan Martín Accqua.
Se encontraba en mi cara un rostro indescriptible, lo que me estaba pidiendo era imposible. Me encontraba en mi taller atando moscas, cuando de repente se abre la puerta y entra mi mujer, siento que se para justo atras mio ya que sentí una especie de calor humano. Apoyando una mano sobre mi hombro, se encontraba mi esposa quien con tono deprimente me dijo algo en voz baja, al no entenderle, le pedí que repitiera, y ahí fue cuando escuche una frase con la cual pensé, nunca me iba a encontrar.
"Juan Martín"- dijo- "ya se que esto no te va a gustar y me cuesta mucho pedirtelo, pero necesito que dejes la pesca. Ya solo pasas tiempo con tus cañas y plumas, ¿Qué hay de mi, soy tu esposa por el amor de dios?
Ya han pasado cinco meses y no recuerdo como atar una simple Wooly Bugger, ya no pienso en la pesca, encontré nuevas e interesantes cosas que hacer aquí en la cárcel. Y si bien en algunos momentos me arrepiento de haber matado a mi esposa luego de que dijera aquella frase, y a pesar de lo que mencionó en alguna ocación Robert Traver, "Porque solo en los bosques encuntro la soledad sin sentirme solo", es algo que se presta a distintas opiniones, ya que por mi parte coincido con el maestro fontanarrosa en su frase: "Estar solo no es nada, lo malo es darse cuenta".
Dedicado a La Polaca, en agradecimiento por sus felicitaciones y por gustarle el cuento.
Por JMA 
